Investigan si el ex dueño de LAPA se descompuso

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Buenos Aires.- Los investigadores, descartaron que la avioneta que se estrelló el domingo en Nordelta haya sufrido un desperfecto, pero trabajan para comprobar si el ex dueño de LAPA, sufrió un problema cardíaco antes de que la aeronave se precipite.

Cómo fue el último contacto con la torre de control

«¿Andy estás perdido, estás fuera del eje, querés que te guíe?», preguntaron a Deutsch desde la torre de control de Aeroparque.

«No, gracias. Ya lo bloqueo, ya lo encuentro», respondió el empresario y ex dueño de LAPA en el último diálogo que quedó registrado antes de que la aeronave se desplomara sobre el barrio La Isla.

El domingo por la tarde Gustavo Andrés Deutsch y su esposa murieron tras haberse estrellado en una casa del barrio Nordelta de Tigre. Fuentes de la investigación indicaron a la agencia Télamque la avioneta «venía a una velocidad superior a la de aproximación para el aterrizaje» y precisaron que los motores «funcionaban a pleno y sin fuego» en el momento del accidente.

Con esta nueva información, confirmada por el único testigo que vio caer al avión, se descartaría en principio que hubiera dejado de funcionar una o las dos plantas impulsoras.

«Se dijeron muchas cosas, pero lo concreto es que una sola persona de todas las que en ese momento estaban afuera en el barrio vio caer al avión y quedó claro que no presentaba fuego, lo cual quedó corroborado además por la primera revisión de los restos, ya que los únicos signos de fuego se encontraron en los sitios derivados de la colisión», explicó la fuente a Télam.

Ahora, las hipótesis que se manejan acerca de las causas contemplan desde una indisposición cardíaca o de otro tipo hasta algún inconveniente técnico que no pudo ser reportado.

«El avión llevaba una trayectoria que indica que podría haber intentado bajar en la laguna de La Isla, pero descabezó una palmera, golpeó la galería de una casa, rebotó en el suelo y se estrelló contra la vivienda que quedó totalmente destrozada, esparciendo partes de la aeronave y de los cuerpos por todos lados», precisó.

Otro dato importante: el avión tenía en el momento del accidente más de la mitad de sus tanques con combustible. Había sido cargado el viernes antes de partir hacia la estancia y había realizado un viaje de 40 minutos de ida y otro de regreso, por lo que le quedaba una autonomía de vuelo de más de tres horas.

«La aproximación se venía desarrollando con normalidad hasta el momento de la comunicación con el controlador, que le indica que está fuera de su eje y le dice si quiere que lo guíe para retomar el rumbo correcto», explicaron las fuentes.

Y agregaron: «Desde ese momento no se sabe más nada. No hubo comunicación sobre ninguna anormalidad, simplemente se perdió contacto en el radar segundos después. Incluso un avión de Austral que venía detrás lo tuvo en sus instrumentos hasta el momento en que se precipitó a tierra», concluyeron.