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Después de una semana teñida por la violencia en el fútbol argentino, finalmente llegó la acción y de la buena a las canchas de Primera División. Racing e Independiente brindaron un comportamiento ejemplar en el Cilindro de Avellaneda.

Con dos realidades bien distintas, la Academia y el Rojo se enfrentaban por primera vez en el torneo de 30 equipos. El equipo de Diego Cocca buscaba revancha de lo ocurrido en 2014, donde los hombres de Jorge Almirón se habían quedado con el derby en el Libertadores de América.

Diego Milito, uno de los grandes futbolistas del medio local, volvió a Racing el año pasado después de una carrera súper exitosa en Europa. El Príncipe supo levantar los trofeos más deseados por cualquier persona que ame este deporte. Ganó la UEFA Champions League, el Mundial de Clubes y más de una liga en Italia con el Inter de Milan. Tras su regreso al club de sus amores, conquistó el Torneo de Primera División en 2014 después de 13 años sin que la Academia festeje un título. Además clasificó al equipo a una nueva Copa Libertadores. Todos logros que el hincha racinguista estará agradecido de por vida. La única espina que le quedaba al delantero era el clásico contra Independiente en el ámbito oficial.

El jugador de 35 años sufre ya hace un tiempo problemas en su rodilla izquierda y su participación el pasado domingo era una incógnita. Milito no le escapó al choque ante el Rojo y le pidió jugar a su entrenador, poniendo en riesgo el choque del próximo jueves ante Guaraní por la Copa Libertadores.

Encabezando la fila, Diego salió a la cancha como un joven hambriento de gloria. El capitán y líder de la Academia, ya le había marcado a Independiente en su vuelta. La primera vez fue en el torneo pasado, donde no sirvió para ganar, y la segunda fue en el verano, donde Racing se quedó con el derby por 2 a 0.

Desde el minuto uno hasta el último, Milito mostró una categoría completamente diferente a la que desarrollaron en la cancha los otros 27 (sumando los cambios). El ídolo local fue el encargado de marcar el único tanto del partido y sin lugar a dudas, la gran figura del encuentro. Con 35 años, el Príncipe logró cumplir otra de sus grandes metas desde su regreso a la Academia.

Diego Milito volvió a Racing para hacer historia y de la grande. Un club que ha sufrido mucho y se ha desilusionado en cantidades, encontró en su nuevo capitán el disfrute que hace tiempo no encontraba. En la vitrinas de los grandes nombres de la Academia estará el del delantero que se viste con el numero 22.

Ojala muchos líderes y capitanes del fútbol argentino vean un video de este hombre y copien sus actitudes. ¡Gracias por la vuelta Diego! Te lo agradece el fútbol argentino.