El mundo es injusto para las mujeres. Si no lo ves es porque no querés.
El 8 de marzo de cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer (trabajadora) y desde 2017 en consonancia con esta fecha se realiza además un paro. La idea original de esta medida era visibilizar que “si las mujeres paramos, se para el mundo”. El plan era demostrar cuánto valemos corriéndonos de los espacios donde nos desarrollamos.
La intención era que no hiciéramos NADA, absolutamente NADA. Pero, por supuesto, eso es imposible; porque ni no hacemos nada se para el mundo y eso es inconcebible.
En argentina las mujeres somos el 51.76% de la población, es decir, más de la mitad. Sin embargo, la sociedad todavía nos trata como una minoría. Las políticas públicas raramente se diseñan con una perspectiva de género. El planteo de los países, provincias, municipios todavía se hace desde una mirada masculina.
Invito a recorrer las afueras de cualquier ciudad de noche, a ver si se sienten iguales los hombres que las mujeres.
Algunos datos que nos van a ayudar a “verla”:
El 80% de los hogares monoparentales del país está a cargo de mujeres. Desde esta humilde columna de opinión no desconocemos al 20% de hombres que se hacen cargo de sus hogares; pero números son números.
Las mujeres accedemos en menor medida a ocupaciones que suponen toma de decisiones y para poder hacerlo necesitamos demostrar mayor nivel educativo.
El trabajo no remunerado (doméstico) es mayormente asumido por las mujeres. Nosotras le dedicamos 6,3 horas por día mientras los hombres lo hacen 3,4 horas. Casi la mitad. Cómo no entender entonces que las mujeres se jubilen más jóvenes. Eso sin contar los partos, amamantar bebés, cuidarlos, cuidar a adultos mayores, menstruar todos los meses.
A eso le sumamos que cuando salimos al mercado laboral cobramos entre un 27 y un 30% menos por igual tarea. Podemos hablar entonces de una “feminización” de la pobreza. Y eso es muy simple fundamentarlo: del 57,3% de pobres en la Argentina el 63% son mujeres.
Finalizo con lo más duro, triste y urgente de atender: los femicidios.
En Neuquén tuvimos 10 el año pasado y este ya tuvimos el primero. Tenemos la tasa más alta de mujeres muertas en manos de un femicida por cada 100 mil habitantes. La verdad es que no hay una explicación seria de este fenómeno. Pero que sucede es real.
Insisto: sin con todo lo que acabás de leer, no lo ves; es porque no querés.