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El fútbol sigue dando qué hablar en la Argentina. Boca y River son los únicos punteros del torneo, además, ambos se van a cruzar en los octavos de final de la Copa Libertadores, hechos más que destacados para hablar y escribir. Pero el acontecimiento del fin de semana fue otro para este periodista.

El Turismo Carretera, la categoría más importante del automovilismo nacional se presentó en Centenario. El Autódromo Parque Provincia de Neuquén fue el anfitrión de los mejores pilotos del país. Pero tampoco nos vamos a detener en la carrera, sino vamos a referirnos a la grandeza y humildad de uno de los deportistas.

Camilo Echevarría, el piloto neuquino, dio muestras de su carácter y personalidad en la tercera fecha del TC. El último campeón del TC Pista fue la gran figura del público presente en La Colonia. Los resultados no le fueron para nada sencillos. Día a día fue mejorando su producción, pero sí algo tienen las carreras de autos fue lo que finalmente le tocó de cerca al joven estudiante de abogacía. Una mala maniobra de uno de sus rivales y hasta el año que viene Neuquén.

El actual piloto de Torino se mostraba como uno de los conductores mas sólidos en la final, superando a tres vehículos en la primera vuelta y a siete en las primeras seis, hasta que llegó el triste desenlace. Triste para los fanáticos de Camilo, porque él en ningún momento mostró desdicha. Después de haber concluida la carrera y algunos minutos más tarde, el neuquino arribó a su box junto a su padre en una moto y fue recibido como un verdadero campeón. Cientos de personas lo aguardaban para sacarse una foto, recibir un autógrafo o simplemente un abrazo de su ídolo.

Dos personas en una hacen de Echeverría un excelente representante neuquino. Dentro de la pista y a la hora de hacer su trabajo se muestra como un hombre con experiencia, carácter, temperamento y ambición, pero fuera de ella es cálido, humilde, servicial y carismático.

Después del frustrado desenlace de la competencia, una hora estuvo en la entrada a su box recibiendo a todos los hinchas de Chevrolet, Ford, Dodge, Torino, River y Boca. Camilo no hace diferencias. Desde adultos a niños, desde mujeres a varones se acercaban con una característica que unificaba a todos, una sonrisa en sus rostros. Cada fanático se merecía un tiempo especial. No era simplemente una firma y que siga el próximo, sino que con cada uno de los que se acercaba existía una charla. Es más, parecía que los conocía a todos por como se trataban y saludaban.

Una clara muestra de que el deportista de élite es tan persona cómo todos y que no por ser valorado e idolatrado por muchos es distinto. Camilo tiene la base de la educación y el respeto, como arma fundamental en su vida y esas características tarde o temprano te llevan al triunfo. Solo el tiempo dirá para que esta hecho. Yo no tengo dudas que la historia grande para Echevarría está a la vuelta de la esquina.