Conoce las historias detrás de los centros de esquí neuquinos

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Neuquén.- Una nueva temporada de invierno comenzó en Argentina y la provincia de Neuquén está lista para recibir a locales y viajeros que planearon conocer la nieve, esquiar o realizar alguna otra actividad vinculada a la nieve.

A continuación, las historias detrás de los centros de esquí que tiene la provincia para deleitar a quienes los visiten.

  • Cerro Bayo

El Cerro Bayo sedujo al belga Jean-Pierre Raemdonck van Megrode, quien había llegado de su país natal con la intención de fundar un centro de esquí.

En 1961, el viajero arribó a estas tierras para visitar a amigos en Villa La Angostura luego de una gira por todo América. Sus conocidos habían comprado un pequeño terreno con vistas al lago Nahuel Huapi donde sólo había un surtidor de nafta y mucho por hacer. El paisaje enamoró a la pareja y mediante fotos sedujeron a Raemdonck van Megrode, que regresó a Bélgica y dos meses después volvió a suelo patagónico con una decisión tomada.

El espíritu curioso de Raemdonck van Megrode lo llevó a buscar alternativas para divertirse. Inspirado por el clima visualizó junto a su hermano la posibilidad de abrir un centro de esquí para los lugareños.

Los primeros desmontes y marcaciones para señalizar las pistas abrieron el camino a inversiones más fuertes orientadas a los medios de elevación, que durante sus inicios supieron improvisar con un ingenioso «armatoste» compuesto por una rueda de camioneta, un motor monocilíndrico, un cable de 6 mm de espesor y ganchos para colgar a los esquiadores.

Pasaron los meses y la repercusión del centro de actividades aumentó, los vecinos dejaron de ir hacia Chile para disfrutar de los deportes de estación y robustecieron el turismo local.

Actualmente, el cerro cuenta con 24 pistas con cuatro niveles de dificultad, cuatro Itinerarios fuera de pista, 16 medios de elevación y dos telecabinas a séxtuples: Jean Pierre -en honor al pionero belga- y Cumbre.

  • Caviahue

La combinación de frío bajo cero y calor en un mismo lugar tiene de contradictorio lo mismo que de tentador, y el centro de esquí Caviahue, en Neuquén, cumple con esa fantasía. Es que más allá de las actividades habituales de un parque de nieve, este lugar cuenta con un agregado: las aguas termales de Copahue con reconocidas propiedades curativas y estéticas.

Esta región conformada por Caviahue y Copahue es famosa por los espejos de agua que ya eran aprovechados por los pehuenches antes del año 1870. Antes hacían una ofrenda a Aun-Co, quien hasta ese momento era el dueño de esas tierras. Por si fuera poco se suma al lugar la custodia del volcán Copahue -con últimas erupciones entre 2012 y 2016-.

Rodeado de legendarios árboles araucanos –entre los más antiguos del mundo-, Caviahue posee una capacidad para más de 2 mil tratamientos curativos diarios en sus termas. Además, cuenta con 22 pistas de esquí y 12 mecanismos de elevación para transportar más de siete mil pasajeros por hora.

  • Chapelco

A diferencia de la mayoría de los centros de esquí que comenzaron bajo la inquietud de los locales que practicaban el deporte, el desarrollo de este centro se fue gestando al calor de la demanda.

Hacia 1973, lo único relacionado con el deporte en San Martín de los Andes eran la Escuela Provincial de Esquí y la escuela del Club Lácar, que enseñaban a esquiar a los vecinos. Sin embargo, la presencia de profesionales austríacos fue la clave para comenzar a idear el proyecto que luego se convertiría en el complejo deportivo Chapelco.

El gobierno provincial se contactó con Guillermo Reynal, entonces titular de Austral Líneas Aéreas y Cielos del Sur, para desarrollar el centro invernal. Reynal era habitué de Zürs Arlebrg, una pista de Austría, y organizó un viaje a San Martín de los Andes con potenciales inversores ded para presumir su belleza.

Así es como llega Alfred Auer a Chapelco, un joven esquiador de 23 años, quien finalmente decidió radicarse en nuestro país.

Con el esquí en su máximo esplendor, Auer capacitó a quienes iban a ser futuros colegas. Unos 50 profesores austríacos se juntaron con tres argentinos y comenzaron a darle vida a Chapelco -«arbusto de agua».

  • Las Pendientes

A 16 kilómetros de San Martín de los Andes, el complejo completa el trio de pistas aptas para principiantes de la provincia.

Cuenta con dos pistas poco empinadas, una con mayor dificultad de 750 metros de largo y otra de 400 metros, ambas ideales para sentir un poco de adrenalina sin correr grandes riesgos. Las pistas están conectadas con la base del cerro Chapelco a través de un bosque de lengas centenarios, el árbol representativo de los bosques andinos patagónicos.

  • Primeros Pinos

A 50 kilómetros de Zapala y 230 de la ciudad de Neuquén, las pendientes del parque Primeros Pinos están en un predio de seis hectáreas. Las tres pistas Cerro Quelli Mahuida, Primeros Pinos y del Bosque conforman el centro ideal para dar los primeros pasos en el esquí.

Posee medios de elevación de arrastre que pueden transportar hasta 750 personas por hora.

  • Batea Mahiuda

Es el único centro de esquí en el país que fue creado y está administrado por mapuches. Este cerro, con una altura de 2 mil metros, se encuentra dentro de las tierras de la reserva mapuche Puel, frente a Villa Pehuenia.

Rodeado de lagos (como el Aluminé y el Moquehue), su historia no escapa a la cultura de la comunidad mapuche Puel, donde, a partir de que el volcán Batea Mahuida se apagó y formó en su cráter una laguna, los pobladores históricos de estas tierras se establecieron a su alrededor.

Cercano al complejo, se halla un bosque fósil de pehuenes y grabados rupestres de interés arqueológico y cultural.