Quedaron mano a mano

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Buenos Aires.- En uno de los espectáculos más esperados de los últimos tiempos, Boca y River se volvieron a ver las caras en una competición internacional. Con el recuerdo del polémico festejo de Carlos Tevez en el Monumental por la Copa Libertadores y la hazaña conseguida a través de los penales, el Xeneize recibió al mejor equipo del semestre con la idea de sacar una ventaja que le permita soñar con la final de la Sudamericana.

En cambio, los conducidos por Marcelo Gallardo tenían a su favor el pasado reciente: la última vez que el Millonario se presentó en La Bombonera, enmudeció a todo el estadio por el cabezazo que consagró a Ramiro Funes Mori.

Con un conmovedor recibimiento, los protagonistas salieron al campo de juego para animar un duelo que paralizó al país. Naturalmente, la expectativa llegó a su fin cuando Silvio Trucco levantó el telón y los dueños de casa comenzaron a presionar a su adversario. A través de la velocidad de César Meli y la potencia de Andrés Chávez, los de Rodolfo Arruabarrena llevaron a que el pleito se desarrolle cerca de Marcelo Barovero. La patada de Leonel Vangioni sobre Juan Manuel Martínez ejemplificó la impotencia y el desconcierto que atravesaba el conjunto del Muñeco.

A medida que transcurrieron los minutos, los de la Banda se fueron amoldando a las circunstancias y consiguieron gestar su circuito ofensivo de la mejor manera. El sacrificio de Carlos Sánchez, junto con la visión de Leonardo Pisculichi y las proyecciones de Ariel Rojas, fue el argumento más eficaz para amenazar la zona defendida por Agustín Orion. A pesar de la tensión que se vivía en el Alberto J. Armando, River intentaba emparejar el cotejo apostando por el golpe por golpe.

De todos modos, la primera etapa se diluyó en roses físicos, patadas innecesarias, empujones e insultos. Con pocas ocasiones de riesgo y mucho nerviosismo, el capítulo inicial entregó una mediocre producción futbolística.

En el complemento, un grosero error de Trapito estuvo muy cerca de terminar en el gol de Boca. Un tiro libre ejecutado por Meli y una pésima salida del arquero aportaron una cuota de suspenso, que rápidamente fue desactivada por Jonathan Maidana.

Además, un rápido anticipo de Fernando Gago y un rasante disparo de Chávez volvieron a amenazar a Barovero, aunque en esa ocasión, el ex Vélez respondió con su soberbia habitual. En contraposición, los avances de Vangioni y Mercado dañaban a la última línea local. La clara salida de los laterales le daba mayor participación a Pisculichi con sus centros hacia Giovanni Simeone y Teófilo Gutiérrez. Así, en la que le quedó al colombiano, el atacante resolvió con un taco que se fue a centímetros del poste izquierdo de Orion.

Cuando restaba un cuarto de hora Pintita volvió despertar suspiros en las tribunas. El exvolante del Valencia envió un centro pasado para que Emmanuel Gibliotti intente asistir a los hombres que se encontraban en el punto del penal. Sin embargo, Meli y Fuenzalida no estuvieron atentos y Leonardo Ponzio despejó hacia el córner.

Finalmente, el empate sin goles dejó la serie abierta y la próxima se resolverá en el Monumental. Ni siquiera el último cabezazo de Gago logró quebrar la resistencia de Barovero. El cero calificó un show, que nunca estuvo a la altura de lo esperado.