jueves 28 marzo 2024
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Maxitriunfo de Newell’s ante Crucero del Norte

Rosario.- Newell’s ganó por primera vez de local. Pero tuvo intermitencias tan marcadas que sólo la presencia de Maxi Rodríguez, la gran figura de la noche, pudo disimular. Se ganó ante un rival inocente pero muy aguerrido como Crucero del Norte. Pero falta equilibrio. Y en eso habría que poner atención.

Newell’s fue el dominador absoluto de esa primera mitad. Porque por más que los misioneros de Crucero del Norte corrieron, marcaron y tuvieron en Caffa a un arquero con todas las luces, la lepra manejó los tiempos, la pelota y dispuso de varias situaciones como para ampliar esa magra diferencia.

Los de Gallego nunca se apuraron, pero sí supieron cuando acelerar. Partiendo de Villalba y Bernardello, con la segunda pelota para Figueroa o Castro buscando a Maxi o a Scocco, siempre se las ingeniaron para merodear los dominios misioneros. Y si bien los primeros minutos fueron de examen, de ver qué planteaba el rival, Newell’s llegó al gol en un momento justo.

A los 13′, Figueroa lo buscó con un pase en diagonal a Scocco, Caffa -en quizás el único error de esa etapa- se apuró a salir y barrió al atacante. Maxi cambió el penal por gol y a partir de allí Newell’s tuvo situaciones de distintos colores para llegar al segundo.

Crucero trataba de no desordenarse atrás y tenía en Alvarez y Martínez a dos delanteros rapiditos, a quienes sin embargo el acompañamiento de Monserrat y Cabrera no era suficiente.

A los 20′ hubo un bombazo de Maxi que tapó muy bien Caffa, a los 28′ voló Scocco y por milímetros no se metió con pelota y todo y a los 29′ el uno misionero volvió a decirle que no a Nacho.

De tanto no acertar, Newell’s fue aflojando y Crucero aprovechó y se animó a meter más gente en ataque. No le faltaba audacia, pero sí animársele a un Newell’s que había aflojado y regulaba el juego. Así, Ustari se llevó un susto a los 39′, cuando el defensor Rosso metió un cabezazo apenas alto por el travesaño.

Newell’s se relajó en el complemento. Lejos de lo esperado, con una ventaja como para agrandar, el local le cedió por momentos la pelota a un equipo inocente en lo futbolístico pero aguerrido y que planteó jugar más cerca de Ustari que de Caffa.

Debieron pasar 15 minutos para que la lepra generara una llegada profunda. Y fueron otra vez protagonistas Scocco y Caffa, y otra vez ganó el uno misionero.

Newell’s eran las ganas y la jerarquía de Maxi Rodríguez, la voluntad permanente de Nacho Scocco por buscar el arco y poco más. Figueroa se fue temprano y le dejó su puesto a Orzán, Castro no aparecía y Bernardello estaba más ocupado en frenar a los volantes misioneros.

A los 22′ otra vez Caffa le tapó un remate de Scocco que probó desde lejos y a los 25′ un bombazo de Villalba le sacó chispas al palo derecho.

Con toda su inocencia a cuestas pero sin achicarse, Crucero trató de manejar la pelota y llegar tocando y con mucha gente en ataque. Los rojinegros tuvieron que esforzarse y volver a concentrarse para no pasar un mal momento.

Pero Maxi, siempre Maxi, el ídolo, el tipo sencillo, el gran jugador, estaba donde tenía que estar, atento y aceitado para aprovechar ese tibio y confiado despeje de Caffa sobre los 35′ para empujarla al fondo del arco desde el borde del área grande.

Después, Crucero aflojó un poco y Newell’s fue por más pero regulando. El equipo de Gallego ganó y hasta lo hizo con justicia por buscarlo más y por jerarquía. Pero le sigue faltando mayor cohesión de equipo y volumen de juego. No puede ser que Maxi esté siempre y para todo.

La Capital

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