Los fumadores tienen más dificultades para dormir bien

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Se estima que sólo una de cada tres personas duerme profundamente. Esto, pese a que la salud y la calidad de vida dependen tanto de un sueño reparador como de una dieta adecuada y ejercicio.

Para lograr un descanso de calidad y eficiente, los especialistas recomiendan tomar ciertas precauciones y adoptar hábitos que favorecen dormir mejor. Además de evitar la cafeína y el alcohol a partir de la tarde, señalan que la nicotina del cigarrillo es una sustancia excitante y que el humo inflama las vías respiratorias.

Celia del Canto, psiquiatra abocada a la PsicoNeuroInmunoEndocrinología, detalla que durante el sueño se producen múltiples procesos, como la producción de la hormona de crecimiento, que es fundamental para el desarrollo en niños y jóvenes, y la regeneración celular en adultos.

En tanto, la falta de un descanso reparador disminuye el rendimiento y la concentración -con lo que predispone a accidentes-, y provoca irritabilidad. A largo plazo, se asocia a enfermedades como obesidad, síndrome metabólico, diabetes e hipertensión.

Del Canto planteó que actualmente se duerme unas dos horas menos que hace 40 años y que un adulto descansa, en promedio, seis horas. Pero no sólo ha disminuido la cantidad de horas, sino también la calidad del sueño y son múltiples las causas que alteran el equilibrio de este ciclo biológico y determinan trastornos (que se presentan a edad más temprana que en el pasado).

El neumonólogo Ramón Alchapar comentó que ciertas sustancias estimulantes, como la cafeína, pueden producir dificultades para dormirse y que el sueño no sea tan profundo. En cuanto al cigarrillo, señaló que tiene un doble efecto, ya que la nicotina genera un estado de mayor excitación y el humo provoca inflamación de las vías respiratorias superiores y tapa la nariz -con lo que se respira por la boca y es más factible roncar-, y también los bronquios.

De acuerdo a un informe de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, los fumadores se ven más afectados por trastornos de sueño que los no fumadores (28,1% versus 19,1%). Además, quienes consumen tabaco tardan más tiempo en iniciar y mantener el sueño, duermen menos horas y experimentan un aumento de somnolencia y/o cansancio diurno.

Alchapar explicó que las personas que roncan, y aún más las que sufren apnea (la interrupción momentánea de la respiración), suelen salir del sueño profundo para tensar la laringe y abrir las vías respiratorias. Estos micro-despertares no son percibidos por la persona que duerme, pero sí afectan el descanso. Y resaltó que los psicofármacos pueden empeorar este cuadro, ya que deprimen más el sistema respiratorio.