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El primer capítulo de la Trilogía está por estrenarse. Boca y River definirán algo mucho más importante que un simple lugar en la tabla de posiciones en el Torneo de Primera División. Los dos grandes de la Argentina impondrán condiciones para los choques de la Copa Libertadores. Mucho de lo que se juegue el jueves 7 de mayo dependerá del resultado del próximo domingo.

Tantos entrenadores, como jugadores disputarán un partido de 270 minutos en los próximos 11 días. Está claro que a ambos les interesan los partidos de la Copa. Regalarían si no hiciera falta el choque del fin de semana. Pero todos son conscientes que un resultado favorable en La Bombonera será determinante para lo que se viene.

El peso de la historia juega para ambos lados por igual. El pasado más reciente marca que el Millonario se quedó con las semifinales de la Copa Sudamericana, pero en la Libertadores quien siempre sonríe es el Xeneize. Boca arrastra un 5 a 0 fulminante del verano, mientras que River  ya ha sumado un título en el semestre.

La presión la tienen los dos por igual, pero no podemos negar que el equipo del Vasco tiene un grado mayor, ya que hace pocos meses fueron derrotados por su clásico rival en un certamen Internacional y llegan como el mejor equipo de la Copa. Nunca en la historia de estos dos clubes, existieron cruces tan cercanos y tan definitorios para ambas instituciones. Boca es muy consciente que una nueva derrota sería un golpe bien fuerte.

El presente muestra cierta paridad en el campeonato local, pero algunas diferencias en el juego y los números. El Xeneize ha mostrado en este semestre una gran solidez defensiva y un muy buen funcionamiento colectivo, gracias a las últimas incorporaciones (Lodeiro y Osvaldo). Distinto es el panorama por el lado Millonario, quien supo transpirar la gota gorda para disputar esta instancia y quien no ha podido mostrar en cancha ninguna de las buenas características que llevo adelante el semestre pasado. Sin presión en el campo rival, problemas al momento de convertir y graves inconvenientes a la hora de defender (en 5 de 19 partidos disputados en el semestre mantuvo la valla invicta), son algunas de las cartas que River no se deberá permitir mostrar ante Boca.

La preocupación y el temor parte por ambos lados. Estos partidos no tienen favoritos y mucho menos cuando se juegan tantos en tan pocos días. El panorama en la previa es parejo, pero mucho se puede modificar este domingo. El juego no nos dirá absolutamente nada, sino que el resultado de la 11ª fecha lo dirá todo. Si existe un ganador, será determinante para la Copa, casi definitivo.