Capital Federal.- La escena fue simbólica, sobre todo, por el cambio de signo que anticipa para la Argentina. Del evento organizado en Buenos Aires por el Banco Interamericano de Comercio (BID) participaban cinco secretarios de Comercio de la región, todos enmarcados fuera del llamado eje bolivariano en el que Cristina Kirchner insertó al país. Miguel Braun, el argentino, fue el moderador. Lo acompañaron sus pares de Estados Unidos, Chile, Perú y Costa Rica.
La Argentina busca otra pertenencia en el mundo del comercio exterior y ya no se cierra a otros grandes socios comerciales, más allá de las fronteras brasileñas. En ese cambio, que marcó a fuego la visita del presidente de los Estados Unidos , Barack Obama , se inscriben las políticas que el Gobierno prepara para implementar una liberalización más profunda del comercio exterior argentino, sobre todo a través de varios mecanismos de facilitación.
Según confirmó Braun, la secretaría de Comercio ya trabaja en la implementación de una «Ventanilla Única» de Comercio Exterior. «Estamos realizando un mapeo de los procesos burocráticos existentes, por arriba de 300, y el año que viene vamos a ir fuerte con la implementación tecnológica de estos cambios», adelantó el funcionario. Braun afirmó además que el anterior gobierno no había hecho nada con relación a estos procedimientos.
«Hay una enorme maraña de trámites que generan costos innecesarios a las empresas y obstaculizan las inversiones y la creación de empleo», indicó el secretario. La ventanilla única, tal como funciona en otros países, consolida todos los trámites necesarios en los diferentes organismos del Estado para realizar una importación o exportación en un mismo lugar, lo que agiliza y facilita todos los procedimientos. Se trata de un reclamo viejo del sector privado.
Fuente: La Nación