viernes 29 marzo 2024
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6to Concurso de Puentes de Spaguettis en la UNCo. Diseño en su máxima expresión

Por Paula Pedraza – Columnista de divulgación científica del programa Amanece Que No Es Poco – Radio Del Plata (101.3).

El 18 de Agosto del corriente se realizó la 6ta edición del Concurso de Puentes de Spaghetti de la Universidad Nacional del Comahue. Este certamen -que combina trabajo de diseño y construcción efectiva- ofrece a los estudiantes la oportunidad de poner a prueba los conocimientos adquiridos hasta ese momento en la formación como así también desarrollar los aspectos creativos necesarios para el desempeño profesional futuro.

En esta ocasión se presentaron 9 equipos, cada uno conformado por dos estudiantes, con al menos uno de ellos de la carrera Ingeniería Civil. El desafío consistió en construir un puente utilizando spaguettis y pegamento epoxi que debía tener un metro de largo, una altura máxima de 50 cm y 15 de ancho de calzada. Además, el peso no debía exceder los 750 gramos.

Para lograrlo, los equipos trabajaron en modelos teóricos a través del manejo de software específico para el cálculo de estructuras. En este programa se incorporaron muchos datos, entre ellos, las características del material empleado (resistencia a la tracción, a la deformación, a la compresión, etc.). Luego de terminada la etapa de diseño, materializaron la construcción y los puentes terminados fueron ensayados a la rotura, es decir que se la carga con pesas hasta que colapsa.

“Inicialmente nosotros propusimos algún tipo de solución y fuimos reajustándola hasta que conseguimos un diseño que realmente funcione. Hicimos seis puentes antes de llegar a uno definitivo. Todo eso en la compu”, contaron Luciano Palavecino y Emanuel Varas, ganadores del certamen de este año. “Hay que cumplir los requisitos del concurso, las luces, el peso, la altura, el largo. Hay bastantes cosas que hay que tener en cuenta. Además de lo que vos después estimás que va a cargar”, agregaron. “Y también tenés problemas constructivos, porque el papel es muy lindo, pero después hay que llevarlo a la práctica. Por ejemplo, el nuestro era curvo…”.

“En el momento que estábamos poniendo las pesas y escuchábamos 60, 70… nosotros decíamos: está funcionando lo que nosotros pensamos. Eso estuvo bárbaro. Nosotros habíamos calculado una carga de rotura pero cuando lo vas haciendo vas viendo que quizás va a resistir un poco menos.”

Por sus características, este concurso permite recrear en parte situaciones que ingenieros e ingenieras afrontan en su vida profesional. Además, con esta actividad se busca estimular en los y las estudiantes la creatividad, el espíritu crítico y el trabajo en equipo planteado en torno a un tema concreto de la ingeniería civil como es el diseño de un puente. La actividad de diseñar una solución implica buscar información para tomar decisiones y a la vez, tomar conciencia de que todo el proceso, desde la idea hasta la materialización, está fuertemente influenciado tanto por capacidades personales como por el manejo técnico del tema que tenga cada persona. Toda esta temática es raro que forme parte de la formación académica de un ingeniero.

“Con el concurso aprendimos a ver los problemas de otra manera”, relata Emanuel. “Antes yo hacia el trabajo en la compu y decía: esto está derechito, esto va para allá, pero ahora había que materializar. También aprendimos el trabajo con el material, adaptarse a él. Ver qué resistencia tiene, de qué manera lo podemos usar, de qué manera podemos organizar ese material para que nos dé su mayor resistencia”.

Luciano y Emanuel dedicaron dos semanas de sus vacaciones para la etapa de diseño y otra semana más para la construcción efectiva del puente. Y describieron ese entusiasmo con la expresión “hay que tener ganas para hacer esto”, como les dijeron algunas personas cuando se inscribieron al concurso. “Vivís algo que seguramente en el futuro vas a terminar viviendo, vas a terminar lidiando día a día con eso, y está bueno”, agregaron.

“También es un desafío personal. Poner en juego lo que uno sabe y lo que uno ha aprendido”, señala Luciano. “Y también lo que cada uno puede llegar a aportar, porque cada uno desde su lugar dice bueno yo dispongo de estas herramientas y yo tengo estas otras y vemos qué podemos hacer entre los dos.” Y Emanuel agrega “eso está bueno porque también fortalece el trabajo en equipo. Por ejemplo nos pasó que cuando estábamos por poner masilla a las barras se nos rompe una yo me desesperé pero él mantuvo la calma y así pudimos solucionarlo. Estuvo bueno porque nos complementamos.”

El tiempo, esfuerzo y conocimientos que se pusieron en juego para construir el puente Quasi Cento, diseñado por Luciano y Emanuel – ganadores del concurso – queda en evidencia al ver que finalmente resistió una carga de 76 kilos y 669 gramos. Un puente de fideos de 750 gramos que soporta un peso 100 veces mayor: ese es el valor del diseño.

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