Un hombre paga 500 dólares mensuales por vivir en una caja de madera

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San Francisco, Estados Unidos.- Como no puede pagar los altos precios de los departamentos en San Francisco, Peter Berkowitz, un ilustrador de 25 años, se construyó una caja que usa como dormitorio. Vivir en el reducido espacio de 2,45 × 1,05 × 1,35 metros ahora le cuesta menos de 500 dólares al mes.

Berkowitz originalmente había planeado compartir un apartamento de dos dormitorios con un amigo en la ciudad, pero más tarde se dio cuenta de que no iba a poder pagarlo. “Fui demasiado optimista pensando que podía encontrar un lugar que no costara una fortuna”, le dijo a Business Insider. “Sin embargo no pasó mucho tiempo hasta darme cuenta de que no era un plan factible.”

Después de una lluvia de ideas, Berkowitz recordó su experiencia de visitar un modelo de “cápsula” de hotel japonés, en el Museo Cooper Hewitt en Nueva York. Ese recuerdo lo llevó a lograr una solución única para su problema de vivienda: decidió compartir con su amigo un departamento de un dormitorio en su lugar, y construir una caja de madera en la sala de estar para ser utilizado como segundo dormitorio.

A pesar de que no terminó viviendo con ese amigo, Berkowitz finalmente gastó 1,300 dólares en la construcción de esa caja. Hace dos semanas, encontró un apartamento en donde colocarlo, y mientras sus compañeros que viven en monoambientes pagan un alquiler de 1.000 dólares, Berkowitz sólo paga 400 al mes, con pleno acceso a todos los servicios.

El improvisado dormitorio, situado en una esquina de la sala de estar, desde el exterior se asemeja a una gran caja de madera. En el interior, está amueblada con una cama doble, un escritorio plegable, y un par de LEDs. Berkowitz tiene que agacharse o acostarse mientras está en la caja dormitorio, pero él no lo encuentra incómodo. “Realmente creo que mi calidad de vida no ha empeorado”, dijo, en declaraciones a The Washington Post. “Realmente ya no me doy cuenta de que vivo en una caja”.

Berkowitz dice que está feliz porque su cápsula no se inspiró en la desesperación o la pobreza. En cambio, es una solución creativa a un problema creciente, una especie de “tierra de en medio entre tener un dormitorio y dormir en el sofá”. Tiene toda la privacidad que necesita, y ahora está trabajando en conseguir el aislamiento acústico.