La próxima luna de sangre complicaría a la NASA

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El domingo por la noche y la madrugada del lunes, los habitantes del continente americano podrán disfrutar de un espectáculo poco usual. Se trata de un eclipse de Luna total (donde la Luna queda completamente en sombras porque la Tierra se interpone entre ella y el Sol) que además coincide con una superluna.

Pero mientras que para los amantes de la astronomía este espectáculo –donde la Luna se torna de un color rojizo– puede ser simplemente hermoso, para los expertos de la NASA es un pequeño dolor de cabeza. Porque temen que la falta luz solar pueda dejar sin energía una de sus naves espaciales más importantes: el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), cuya misión consiste en explorar nuestro satélite natural.

«Hay dos cosas que ocurren durante un eclipse: comienza a hacer frío y no hay sol para cargar las baterías», explicó a la cadena británica BBC Noah Petro, científico de la agencia espacial estadounidense. El eclipse total durará más de una hora y «la nave se quedará sin luz directa del Sol por cerca de tres horas».