Habían pasado tres horas de discurso cuando la Presidente cambió el tono de su discurso. Algo la había alterado. Claudio Lozano y un otros legisladores de la oposición habían puesto sobre sus bancas carteles con la inscripción AMIA para exigir que se abran todos los archivos secretos vinculados a la voladura de la mutual judía.
La jefa de Estado radicalizó su discurso y recordó cuál fue su postura histórica con respecto al atentado a la AMIA. Acusó a la Justicia y puntualmente a la Corte por las demoras en el juicio por encubrimiento en el que está acusado el ex presidente Carlos Menem -entre otros- y preguntó por qué no hay avances en la investigación por el ataque a la Embajada de Israel, jurisdicción exclusiva del máximo tribunal.
«Creyeron que la iban a correr con un cartelito. No hay archivo que no se haya abierto. El que cree que se no abrió un archivo, que se presente ante la Justicia y si es así, la Presidente lo va a abrir. Conozco el tema de sobra. Me tocó firmar los decretos. ¿Les parece poco lo que se hizo? Se abrieron 42 años de escuchas sobre la vida de (Jaime) Stiuso en la Secretaría de Inteligencia», analizó Aníbal Fernández este lunes cuando ingresaba a Casa Rosada.
«La Presidenta habló que desea dejarle un país cómodo al pueblo y no para los dirigentes, que muchas veces quieren lograr cierta estabilidad a costa de la gente», señaló Fernández en su habitual encuentro matutino con la prensa antes de ingresar a Casa de Gobierno.
Asimismo, agregó: «Ayer escuché a un dirigente que lo único que tuvo que decir ante el discurso es que cuando él sea presidente hablará nada más que media hora. Me parece que es un papanata».
De esta forma, el funcionario aludió sin nombrarlo al líder del Frente Renovador y candidato presidencial, Sergio Massa, quien ayer aseguró que si el año que viene le toca hablar ante la Asamblea Legislativa, lo hará por espacio de media hora.