Con voluntad y sin victimizarse, las personas discapacitadas se abren paso en el campo laboral

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Neuquén.- Las personas discapacitadas trabajan a diario para ser reconocidas en la sociedad, que cada vez vive más rápido sin observar las necesidades a su alrededor.

Las barreras cotidianas como las veredas y las esquinas parecen insignificantes si pensamos que muchos ciudadanos discapacitados deben mantener a sus familias y no tienen empleo. O si son jóvenes y pretenden independizarse.

Y aunque la educación es cada vez más inclusiva y pueden formarse como profesionales, lo cierto es que las personas discapacitadas tiene graves problemas para conseguir trabajo.

El Estado es un espacio que, con el tiempo, ha podido abrirse a nuevos puestos laborales. El caso de la provincia de Neuquén es un buen ejemplo, que a través de la ley provincial 1634 ha generado lugares para personas discapacitadas.

Dos casos de la última semana

Ariel Forneron y Lucas Loncopan son dos jóvenes neuquinos que fueron seleccionados luego de entrevistas de trabajo realizadas por la dirección de Recursos Humanos del COPADE y el equipo de Accesibilidad Laboral de la subsecretaría de Discapacidad.

Ambos prestarán servicios para COPADE en dos áreas distintas: mesa de entradas y mantenimiento.

El secretario del COPADE, Pablo Gutiérrez Colantuono, manifestó su «completa conformidad con el proceso construido junto a la subsecretaría de Discapacidad» y destacó «la sensibilización en lo que hace a la temática de discapacidad y la mirada integradora de los colectivos vulnerables».

En la Municipalidad de Zapala se formalizaron diez contratos para personas discapacitadas y así, el municipio es el único de la provincia en respetar la norma.

Seis de las personas incorporadas se desempeñan en las áreas municipales de Cultura, Políticas sociales, Hacienda y Dirección de Atención Integral a Personas con Discapacidad. Las otras cuatro pertenecen al programa de panadería El sueño y realizan pasantías en distintos establecimientos comerciales de la localidad.

Aunque las concreciones son muchas, no hay dudas de que el sector privado es la pata fundamental en esta temática. Entre más lugares sean inclusivos, más personas discapacitadas tendrán una vida digna como se merecen y por la que luchan día a día.