Rosarioa.- La vuelta de César Delgado a Arroyito está a un tris de cristalizarse. Las diversas fuentes consultadas ayer por este medio, que dio la noticia de manera exclusiva, coincidieron anoche en que “hay principio de acuerdo entre las partes, pero no está el ok formal. Quizá mañana (hoy) esté todo definido”. No obstante, desde Central optaron por seguir manteniendo la cautela. Aunque a su vez alimentaron las expectativas puertas adentro debido que se están moviendo con pasos seguros para tratar de sacudir el mercado nacional. En tanto, desde el círculo íntimo del delantero afirmaron por lo bajo que “ahora hay muchas chances de que vuelva. Restan definir unas cositas, pero todo indica que el Chelito se pondrá a disposición del Chacho Coudet la próxima semana”.
Desde México se asombraron con la novedad de entrada, pero con el correr del día fueron admitiendo que “es viable la salida” por razones familiares esencialmente. El jugador entrenó con el plantel de Monterrey de manera normal ayer y se excusó de dialogar con los medios.
A su vez, el presidente de los Rayados le manifestó a un productor radial rosarino: “No tengo nada que decir de este tema, no hay que decir”. Más allá de su rígida postura, el máximo dirigente está al tanto de la posible salida del Chelito por cuestiones extradeportivas.
“Es verdad, hay principio de acuerdo pero no está todo definido. Como toda negociación tiene su contratiempo”, destacó a su turno una fuente calificada. “Se avanzó bastante. Resta dialogar sobre algunos puntos, pero estamos ahí de cerrarlo”, resumió otra voz. Lo cierto es que la salida de jugador es inminente. Es más, la idea de las partes es que hoy mismo se selle este tema. Luego el Chelito dará una conferencia de prensa en México para explicarles a los hinchas sobre todo el motivo de su inesperada salida. Es que hasta hace tres días estaba dispuesto a quedarse a cumplir con el contrato con los Rayados, que vence en junio próximo, más allá de que tiene una cláusula de renovación automática. Pero un tema familiar íntimo lo llevó a meditar la inesperada salida de Monterrey con destino a Arroyito.
La Capital