Buenos Aires.- Nicolás García Uriburu murió durante los últimos minutos del domingo 19 de junio. En la guardia del Hospital Rivadavia, confirmaron que el artista plástico y arquitecto había fallecido.
Según la biografía oficial, «su trabajo es reconocido mediante varios premios. En 1998, obtiene el Gran Premio de Pintura Nacional y, entre los premios internacionales, recibe el Prix Lefranc (París, 1968), el Primer Premio de la Bienal de Tokio (Tokio, 1975), y el Premio a la Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes (Buenos Aires, 2000)».
La descripción aprobada por el artista de las obras que creó, indica que «su arte está provisto de cierta significación política» y «denuncia los antagonismos entre la naturaleza y la civilización, y entre el hombre y la civilización». Además, explica que sus conceptos «están en la naturaleza misma» y «son dirigidos al hombre común con la intención de transformarlo».
Lamentablemente, Uriburu murió en medio de un conflicto familiar que se trasladó a la escena pública. En mayo de este año, publicó una solicitada en el diario Clarín donde acusó severamente a su hija, y – ya con 79 años – aseguró: «Me veo hoy en la triste situación de tener la salida del país restringida por una causa iniciada por mis hermanas a instancia de mi única hija, para determinar mi capacidad. Nunca pensé estar en esta situación pues siempre he sido un padre presente y hasta he compartido hace unos meses un tiempo en su casa sin pensar que esa estadía iba a ser utilizada en mi contra».
«No sólo va por más, sino que duda en avasallar los derechos de todos, de quien me acompaña hace 40 años en el desarrollo de mi carrera y principalmente los míos. Ella pretende hacerse cargo de mi obra y mis bienes sin esperar mi muerte», concluyó.
En diálogo con la prensa, su hija Azul se negó a realizar declaraciones. «No voy a exponer a mi padre, que no está bien de salud».