La Generación Dorada tenía razón

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Buenos Aires.- «Vergüenza y dolor como hombre de básquet» dijo sentir el interventor de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB), Federico Susbielles, cuando presentó los resultados de la auditoría del período enero 2012-agosto 2014. Una deuda de 33.000.000 pesos, ingresos no registrados por 22.000.000, desaparición de documentación contable y vaciamiento patrimonial son las conclusiones más devastadoras de un informe que incluye una pérdida emocional: la mismísima copa del Mundial de 1950.

La consultora KPMG, especializada en auditorías complejas, investigó durante 60 días los últimos dos años y fracción de la gestión de Germán Vaccaro (2008-2014), quien renunció a fines de abril, y las breves administraciones de Ricardo Siri y Daniel Zanni. El trabajo, que costó 400.000 pesos, se restringió al lapso en que surgieron situaciones irregulares que los integrantes de la Generación Dorada, liderados por Manu Ginóbili y Luis Scola, denunciaron en julio, antes de encarar la participación en el Mundial España 2014, con la amenaza de no jugarlo si no renunciaba en pleno la dirigencia de CABB. Presentado ayer a la prensa, un resumen del informe, que nunca menciona a Vaccaro, señala que el ex presidente «gerenciaba la Institución en forma de UNICATO» y que «administraba los recursos […] mediante decisiones inconsultas».

La auditoría señala números exactos. La deuda total reclamada es de 33.390.302,03 pesos; entre los acreedores figuran jugadores ($ 5.052.738), diversos poseedores de cheques rechazados ($ 4.780.760), la comercializadora Proenter ($ 4.120.000), la financiera Lebe SA ($ 3.702.311), FIBA Américas ($ 2.576.677), Sancor Seguros ($ 2.004.000), la agencia Hub Travel ($ 1.529.158) y Río Uruguay Seguros ($ 1.339.494). Y los ingresos no documentados en esa etapa suman $ 22.240.000, ausentes en extractos bancarios y en los estados contables.

Susbielles habló de un «plan» para hacer desaparecer la documentación. Y agregó otras cifras: por la venta de localidades para España 2014 a cargo de CABB debieron entrar 52.000 euros, que nunca pasaron por la entidad, y el balance de 2013 dio un sorpresivo superávit de $ 7196,5, que el interventor considera incompatible con la deuda general de $ 33.000.000.

Según el bahiense, ex basquetbolista y actual funcionario regional de PAMI, cuando él asumió, a principios de agosto, había atrasos de dos meses de sueldos, más de un año de deudas previsionales, carencia de fondos para enviar al seleccionado al Mundial y servicios de telefonía y electricidad cortados. Entre los egresos citó gastos con tarjetas de crédito corporativas en muebles, decoración, electrónica, free shops y ropa de marcas lujosas, como Hugo Boss, Prüne y Sarkany. Pero lo más impactante en cuanto a simbolismo es el extravío de la copa del Mundial Argentina 1950, ganado por el local. Además, también faltan la réplica de las medallas doradas olímpicas de Atenas 2004 y la camiseta enmarcada firmada por el plantel campeón.

La situación derivó en una causa radicada en el juzgado de instrucción porteño Nº 48, caratulada «Confederación Argentina de Básquetbol contra Vaccaro, Germán Luis y otros», por cuatro hechos: la citada venta de entradas, la aplicación de fondos del Plan Nacional de Deporte Social, la desaparición de cheques y la deuda con la Asociación del Básquetbol Sudamericano (Abasu, 100.000 dólares).

Consultado por la nacion, el ex presidente rechazó las acusaciones y contragolpeó. «Con todos los elementos que estoy reuniendo haré una conferencia de prensa dentro de 10 o 15 días. Es muy claro lo que sucedió respecto al Mundial y a los subsidios. Niego todo lo que se imputa en esa denuncia y quedará demostrado oportunamente en sede judicial». Y agregó: «No hay nada que ocultar. Me sorprende lo que se dijo del volumen de la deuda. Hablaron de una cifra hace nueve meses, cuando me fui, y de otra ahora. Quedará demostrado el por qué de cada cosa».

$ 52.000
faltan en las arcas de la Confederación por la venta de entradas del Mundial España 2014 realizada por la entidad.

$ 1.000.000
y algo más se gastó en la remodelación de las oficinas, que no fue aprobada de forma colegiada sino solamente por Vaccaro.

$ 22.240.000
ingresaron en la CABB en el lapso 2012-2014, pero no quedaron registrados en los estados contables ni en extractos bancarios..