El Comité Ejecutivo de Emergencia resolvió este jueves mantener las restricciones en el suministro de gas natural por al menos 24 horas más, en el marco de la ola de frío que sigue tensionando al sistema energético. La medida busca recuperar presión en los gasoductos y asegurar el abastecimiento a usuarios prioritarios como hogares, hospitales y escuelas.
La decisión, tomada en una reunión realizada al mediodía entre autoridades y empresas del sector, implica la continuidad de los cortes para estaciones de GNC e industrias con contratos firmes en las regiones de Buenos Aires Norte, Centro Norte, Litoral, Norte, Noroeste, Cuyo y Sur. En el resto del país, las interrupciones alcanzan a contratos interrumpibles y, en algunos casos, se aplican reducciones mínimas incluso en contratos firmes.
El objetivo técnico es liberar demanda para permitir que el sistema recupere el linepack, es decir, el volumen de gas acumulado dentro de los ductos, fundamental para sostener la presión durante los picos de consumo.
Según estimaciones del Enargas, la demanda superó los 100 millones de metros cúbicos diarios esta semana, lo que representa un 25% más que en el mismo período del año anterior. Este incremento, combinado con fallas técnicas en la producción y limitaciones en el transporte, derivó en una situación crítica.
Algunos yacimientos y plantas compresoras de Vaca Muerta —como La Calera y Aguada Pichana— redujeron su capacidad por las bajas temperaturas. Esto afectó el flujo hacia el gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner), que actualmente opera al 70% de su capacidad.
En Mar del Plata, una de las ciudades más afectadas, más de 2.000 usuarios residenciales realizaron reclamos por falta de suministro. La reconexión debe realizarse de forma manual por personal autorizado, lo que retrasa la normalización. También se registraron cortes preventivos de electricidad en algunas zonas del AMBA.
El martes a la noche se alcanzó un nuevo récord de consumo eléctrico para el invierno: 28.119 megavatios.
La emergencia volvió a poner en evidencia las debilidades estructurales del sistema energético argentino, a pesar del potencial de Vaca Muerta, una de las principales reservas de gas no convencional del mundo.
Especialistas advierten que el problema no es el frío en sí, sino la falta de infraestructura, inversión sostenida y planificación para atender estos picos estacionales. Según estimaciones privadas, para recuperar los niveles de calidad de servicio de hace dos décadas serían necesarias inversiones superiores a los 25.000 millones de dólares.
El Comité de Emergencia volverá a reunirse entre esta noche y el viernes por la mañana para analizar la evolución del sistema y evaluar si es posible comenzar a liberar consumo de manera gradual.