Buenos Aires.- Las complicaciones judiciales de José López continúan y esta vez alcanzan a su familia más cercana.
El juez federal, Daniel Rafecas, consideró hoy probado que la casona de Tigre que López habitaba antes de ser detenido era suya y que simuló alquilarla para esconder que formaba parte de su patrimonio.
Por esta operatoria, además de ampliar el procesamiento del ex secretario de Obras Públicas, la causa por enriquecimiento ilícito sumó a otros tres procesados: la esposa del ex funcionario, Maria Amalia Díaz y los dos empresarios que en los papeles figuraron como propietarios del inmueble, Andrés Galera y Eduardo Gutierrez.
En el caso de la exmujer, el juez consideró que fue «partícipe necesaria» en el delito de su marido, al tenerse por probado que participó activamente en la incorporación del inmueble al patrimonio de López, sin que pudiera justificarse dicha adquisición con el patrimonio declarado del matrimonio.