Los senadores nacionales volverán a recibir un aumento en sus dietas, que pasarán a ser superiores a los $9,5 millones en bruto el mes próximo. Esto se debe a una nueva paritaria acordada para los empleados legislativos, con quienes los legisladores mantienen sus haberes atados desde 2024.
La suba, avalada por los presidentes de ambas cámaras, Martín Menem y Victoria Villarruel, contempla un incremento del 1,3% retroactivo a marzo, que se repetirá en abril y mayo. Así, con la actualización del valor del módulo a $2.376,04, el sueldo bruto total se dispara.
En abril del año pasado, oficialismo y oposición aprobaron en secreto un sistema que vincula los sueldos legislativos a los de los trabajadores del Congreso. El esquema actual contempla 2.500 módulos más un adicional de 1.000 por gastos de representación y 500 más por desarraigo, un beneficio que sólo cuatro senadores no perciben.
Además, desde entonces los senadores sumaron una dieta extra, la número 13, con el argumento de «compensar» el aguinaldo. La única excepción es Alicia Kirchner, quien decidió seguir cobrando su jubilación.
En el segundo semestre de 2024, el Senado congeló sus dietas hasta fin de año. Luego, Villarruel prorrogó la medida hasta el 31 de marzo. Pero advirtió que sería la última vez que lo haría por decisión propia: la próxima debía surgir del pleno.
El 17 de mayo, el kirchnerismo anunció que no votaría más iniciativas y dejó la resolución del tema en manos del oficialismo, sus aliados y la propia Villarruel. “Nos hartaron. Que hagan lo que quieran”, expresó un legislador del bloque que conduce José Mayans.
En paralelo, el gremio APL, encabezado por Norberto Di Próspero, logró que diputados del Frente de Todos presentaran notas a Menem y Villarruel pidiendo reabrir las paritarias. Una intervención política donde, otra vez, los legisladores asumen roles que deberían ser sindicales.