Neuquén.- Con lágrimas de emoción y alivio, las familias evacuadas de Valle Magdalena regresan de a poco a sus hogares después de días de incertidumbre y miedo.
Los incendios forestales que azotan la zona dejan un rastro de destrucción y desolación, pero también demuestran la resiliencia y el espíritu de las comunidades locales.
La evacuación de las familias fue un proceso complicado y emotivo, pero gracias a la coordinación entre las autoridades y los equipos de emergencia, se logró evitar cualquier pérdida de vidas humanas. Ahora, la atención se centra en apoyar a las familias afectadas y en reconstruir la zona.
Nuestra compañera Belén Sanguine se encuentra cubriendo el trabajo para mitigar las llamas y dialogó con un vecino de la comunidad Chiquilihuin que debió dejar su hogar por algunos días.
«Estuvimos tranquilos acá. Comimos y dormimos muy bien. Las autoridades atendieron nuestras necesidades», comentó Segundo.
Señaló que pese a estar en un espacio de contención «esperábamos recibir la buena noticia de que podemos volver a nuestras casas».
Sobre la tremenda evaluación que atravesaron, relató: «Fue algo de minutos. Mi esposa llegó de la casa de unos vecinos a decirme que el fuego se estaba acercando. Después llamaron nuestros nietos que viven más abajo del bosque para avisarnos lo que pasaba».
«La mayor preocupación son los animales, pero tenemos entendido que muchos pudieron ser rescatados. Muchos vecinos tienen la misma angustia por sus mascotas», agregó.
Segundo también remarcó que muchas personas «salieron con lo puesto» por la voracidad del fuego. «Cuando nuestros familiares se comunicaron nos pidieron que salgamos de la casa sin dudarlo, el fuego avanzó en cuestión de segundos», resumió.
Mientras Segundo y su familia retoman el camino al hogar, varias personas aún esperan por esa buena noticia a pesar de que en muchos casos perdieron todas sus pertenencias.
