La jura de los 127 nuevos diputados, realizada este martes en el Congreso, quedó marcada por un episodio que rápidamente generó controversia nacional. Durante la transmisión oficial, los micrófonos del recinto captaron una serie de comentarios machistas atribuidos al diputado Gerardo Cipolini, quien presidía la sesión en su carácter de legislador de mayor edad.
Entre las frases registradas se escucharon expresiones como “¿Quién es Rosario Goitia? ¡Qué buena que está!”, “pero qué buena que está la peruca” y “che, qué linda”, todas dirigidas hacia distintas diputadas que juraban sus cargos. Los audios se viralizaron en cuestión de minutos y causaron rechazo en redes sociales y en el propio ámbito legislativo.
Cipolini, de 82 años, oriundo de Chaco y perteneciente al bloque de la UCR, tiene mandato hasta 2027 y fue el encargado de tomar juramento a los nuevos integrantes de la Cámara. Tras finalizar esa tarea, regresó a su banca para ceder la presidencia a Martín Menem, reelecto al frente del cuerpo.
El repudio de Moreau y la defensa del diputado
La primera vicepresidenta de la Cámara, Cecilia Moreau, fue la encargada de expresar el malestar del bloque de Fuerza Patria durante su discurso. “Creo que las mujeres somos mucho más que un buen culo, que un cuerpo. Somos cabeza, corazón, ideas, coraje y perseverancia. Le pido con humildad que pida disculpas por esta declaración pública”, señaló.
Minutos después, Cipolini pidió la palabra para rechazar las acusaciones. “La tecnología ha avanzado a límites irreconocibles. Tal vez uno sale diciendo cosas que no ha dicho”, afirmó. Y remarcó: “No voy a pedir perdón por algo que no he dicho. Tengo hijas, tengo nietas. De ninguna manera expresaría algo así en un escenario respetuoso”.
Su respuesta generó aún más debate entre los legisladores presentes y en redes sociales, donde el episodio continuó sumando repercusiones.
Otros momentos tensos durante la jura
La jornada también dejó otros cruces políticos. Uno de los más comentados fue el gesto del diputado Juan Grabois, quien giró hacia el palco donde estaba el presidente Javier Milei y levantó el puño cerrado en señal de desafío. Más tarde, protagonizó otro gesto polémico al dirigirse a legisladores del bloque libertario tocándose la nariz, una señal asociada al consumo de drogas.
La sesión concluyó con la designación de las nuevas autoridades de la Cámara, pero el episodio protagonizado por Cipolini quedó como el hecho más resonante del día y abrió un debate sobre el respeto y la conducta en el ámbito parlamentario.