Neuquén.- La situación económica compleja en Argentina golpea las casas de quienes menos tienen. El día a día se vuelve difícil para aquellos que cuentan con ingresos magros.
Cuando los problemas abundan, a veces es una pequeña sanación poder hablar de ellos con otras personas. En ese contexto aparecen los héroes y heroínas de guardapolvos blancos.
En esta oportunidad, La Red Neuquén tomó contacto con una trabajadora social de un centro de salud del oeste de la ciudad de Neuquén para conocer de primera mano cómo se trabaja en una zona llena de carencias.
«Muchos vecinos no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas. En esas situaciones difíciles los únicos que dan respuestas son los comedores de las organizaciones sociales», dijo la trabajadora social Soledad Apaz.
En ese sentido, lamentó que «son sectores de la sociedad perseguidos por el poder político y juzgados por la gente, pero sin embargo están todos los días con la gente que no tiene para comer».
Consultada sobre sus pacientes, expresó: «Los niños te cuentan que no comen y los adultos mayores confiesan que viven el día a día tomando mates».
«Sería bueno que los políticos escucharan a la gente que atendemos en el centro de salud. La solución del gobierno es escasa y los programas sociales no se pagan en tiempo y forma», siguió.
En otro aspecto, relató que «también tenemos pacientes que cubren sus comidas, pero las deudas son preocupaciones que dañan su salud».
«Pagar el alquiler y los impuestos terminan siendo un drama. Estos problemas afectan la salud aunque no podamos verlo de forma inmediata», resumió.