El politólogo sostuvo que la derrota del oficialismo responde a un proceso de frustración del electorado chileno y advirtió que, aunque existen coincidencias ideológicas entre los nuevos gobiernos, los ciclos políticos de ambos países son diferentes.
En una entrevista en el programa Mañanas en Red, el politólogo Fernando Lanza analizó el triunfo de la derecha en Chile y señaló que el resultado electoral refleja “un fracaso del actual gobierno”, encabezado por Gabriel Boric, al no haber cumplido con las expectativas de su propio electorado.
Según explicó, la elección comenzó a definirse en la primera vuelta, cuando la suma de los principales candidatos de derecha alcanzó cerca del 50% de los votos. En ese escenario, el oficialismo quedó relegado a un balotaje en el que, como ocurre habitualmente, “se construyen mayorías artificiales en contra del gobierno”.
Lanza recordó que uno de los puntos de quiebre del gobierno de Boric fue el rechazo ciudadano a la propuesta de reforma constitucional impulsada desde la Asamblea Constituyente. “Ahí comienza un derrotero que debilita al Ejecutivo”, afirmó, y mencionó además las dificultades para consolidar un gabinete propio y la persistencia de problemas económicos.
El politólogo remarcó que Chile atraviesa desde hace años un proceso profundo de desigualdad, con servicios clave como la educación y la salud fuertemente privatizados. En ese contexto, consideró que comparar directamente la situación chilena con la argentina puede resultar simplificador, ya que “son procesos políticos distintos, con desigualdades de origen diferente”.
Al referirse a una eventual relación entre el nuevo gobierno chileno y la administración de Javier Milei, Lanza señaló que podrían existir coincidencias en materia de políticas económicas, como el ajuste fiscal, la liberalización de mercados y los acuerdos de libre comercio. Sin embargo, aclaró que los tiempos políticos no coinciden: mientras en Argentina el actual gobierno se encuentra a mitad de mandato, en Chile comienza un nuevo ciclo presidencial.
“Los ciclos políticos no son permanentes”, sostuvo, y agregó que en la región suelen ser cortos e intensos, con presidentes que se desgastan rápidamente por los problemas estructurales de cada país.
En relación con la migración, Lanza mencionó que en los últimos años se observa un aumento de argentinos que se trasladan a Chile, en su mayoría profesionales, atraídos por mejores salarios y oportunidades laborales. También destacó que Chile presenta una estabilidad institucional sostenida, más allá de los cambios de signo político.
Consultado sobre el uso de la figura de Augusto Pinochet durante la campaña, consideró que fue utilizada como un símbolo asociado a la seguridad, una de las principales preocupaciones del electorado, aunque descartó un retroceso democrático. “No veo margen para que un presidente elegido democráticamente profundice ese camino”, afirmó.
Finalmente, Lanza sostuvo que el futuro de la relación bilateral dependerá en gran medida de la evolución del gobierno argentino en los próximos meses y de la capacidad de ambos países para avanzar en proyectos comunes, como los corredores bioceánicos y la cooperación energética. “Las relaciones institucionales y el diálogo son necesarios para garantizar gobernabilidad y estabilidad”, concluyó.