El Gobierno nacional anunció cambios en el esquema de flotación del dólar y un programa para reforzar las reservas internacionales. A partir del 1° de enero, el Banco Central modificará la forma de actualización del piso y el techo de la banda cambiaria, que comenzarán a ajustarse en función de la inflación informada por el INDEC con dos meses de rezago.
Según se detalló en un comunicado oficial difundido este lunes por la autoridad monetaria, el valor máximo y mínimo dentro del cual podrá fluctuar el dólar se moverá de acuerdo con la variación del índice de precios del período denominado técnicamente como “t-2”. De este modo, la banda correspondiente a enero se actualizará con la inflación de noviembre, que fue del 2,5%.
En paralelo, el Banco Central pondrá en marcha un programa de compra de reservas consistente con la evolución de la demanda de dinero y la liquidez del mercado cambiario, con el objetivo de evitar movimientos bruscos en la cotización de la divisa.
Desde la entidad que conduce Santiago Bausili indicaron que el escenario base de re-monetización prevé que la base monetaria pase del 4,2% actual al 4,8% del Producto Bruto Interno (PBI) hacia diciembre de 2026. Ese crecimiento podría ser abastecido mediante la compra de hasta 10.000 millones de dólares, siempre sujeto a la disponibilidad de flujos provenientes de la balanza de pagos.
El cálculo oficial contempla además que, ante un aumento adicional de la demanda de dinero equivalente al 1% del PBI, las compras de divisas podrían alcanzar los 17.000 millones de dólares, sin que ello requiera “esfuerzos sostenidos de esterilización”, es decir, sin necesidad de retirar pesos del mercado. Esta estrategia ya había sido anticipada en recientes exposiciones públicas del ministro de Economía, Luis Caputo.
Para minimizar el impacto de estas operaciones sobre el mercado cambiario, el equipo económico definió que la intervención del Banco Central o del Tesoro Nacional no superará el 5% del volumen diario operado. Asimismo, se habilitará la posibilidad de realizar compras en bloque, de manera directa y a un precio pactado, cuando empresas, provincias u otros actores ofrezcan grandes volúmenes de dólares, con el fin de evitar fuertes oscilaciones en la cotización.
Desde el Banco Central argumentaron que la ampliación de la banda de flotación se apoya en la evolución reciente de la economía. En ese sentido, destacaron que la desaceleración de la inflación durante los últimos 18 meses fue compatible con un aumento sostenido de la demanda de dinero, lo que permitió una recuperación real de los agregados monetarios.
Entre abril de 2024 y noviembre de 2025, la base monetaria pasó del 2,7% al 4,2% del PBI, mientras que el agregado monetario M3 creció del 14,5% al 16,7% del PBI. En el mismo período, el crédito bancario en pesos al sector privado se expandió del 4,2% al 9% del PBI, impulsado —según el BCRA— por el equilibrio fiscal sostenido durante 23 meses.
La entidad también reconoció que la inestabilidad política registrada a partir de abril de 2025 interrumpió transitoriamente ese proceso, generando una caída en la demanda de dinero y un episodio de dolarización de carteras y cobertura cambiaria. Sin embargo, una vez superado el período de incertidumbre electoral, consideraron que existen condiciones para avanzar en una nueva etapa del programa monetario.
“El nivel actual de monetización de la economía se encuentra por debajo de los parámetros históricos”, señalaron desde el Banco Central, al recordar que la base monetaria supo ubicarse entre el 8% y el 9% del PBI, frente a un nivel actual inferior al 4%.
Finalmente, destacaron que la recuperación del acceso del Tesoro nacional a los mercados internacionales de capitales permitirá que las divisas adquiridas se acumulen en el balance del Banco Central, en lugar de destinarse al pago de vencimientos de deuda en moneda extranjera.


