Buenos Aires.- Un domingo lluvioso daba paso al mes de marzo y a una Bombonera que quería seguir de fiesta. Cuatro victorias en cuatro partidos podían convertirse en cinco de cinco si el equipo de Rodolfo Arruabarrena lograba quedarse con los tres puntos ante Atlético de Rafaela. Un rival que no sólo llegaba de punto por el simple hecho de jugar ante un grande como visitante, sino que además venía de perder en las últimas dos fechas. Y Boca lo hizo de nuevo: ganó, sumó de a tres y continúa con puntaje ideal en lo más alto del campeonato.
A pesar de las lógicas limitaciones, la Crema no salió a la cancha con la cabeza gacha. Propuso, salió a presionar y a plantarle cara al Xeneize. De hecho, logró complicarlo en el comienzo del partido tras un error en el fondo: Pol Fernández se fue sólo contra Sara, pero su definición dio en la humanidad del arquero.
Esa situación bien podría haber sido el comienzo de un envión anímico para los santafesinos, pero en vez de potenciar esas falencias que el equipo del Vasco presentó por la derecha, en el sector que debía defender Fuenzalida, se fue quedando y le cedió el protagonismo al local. Lodeiro, que arrancó muy tirado sobre la derecha, se animó a moverse de enganche y a juntarse un poco más con Gago para poder agarrar la pelota. Y justamente tras una contra iniciada por el uruguayo llegó el primer gol, gracias un buen desborde de Carrizo que terminó en los pies de Calleri, quien nada más la tuvo que empujar.
El primer tiempo se cerró con otra gran tapada del ex-Rafaela ante Federico González, que bien podría haber sido el empate y el empujón necesario para que los de Sensini se animasen un poco más. Pero Herrera decretó el final y la segunda etapa fue una historia totalmente diferente.
A medida que el atardecer caía en La Boca, el Xeneize se fue sintiendo cada más cómodo y tuvo incontables chances para definirlo. De hecho, Fuenzalida convirtió el segundo, pero el asistente Altavista vio un offside inexistente.
La expulsión de Serrano fue el punto final del encuentro. Boca siguió generando chances, a pesar de que en ningún momento hizo notar el hombre de más; Rafaela bajó los brazos y se rindió. Sólo quedó tiempo para que Osvaldo ingresara y tuviera una chance clara, para que el Burrito Martínez se perdiera un mano a mano a lo Palacio en la final del Mundial y para que los hinchas festejasen el puntaje perfecto que lleva su equipo en este comienzo de 2015.
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