Tucuman.- El ministro de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación, Alfonso Prat Gay , defendió hoy la decisión del gobierno de Mauricio Macri de fijar una meta gradualista para controlar la inflación al asegurar que «bajarla en dos meses solamente es posible con la receta del ajuste». Además, confirmó que se envió al Congreso el proyecto para la modificación del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, que el Gobierno espera sea aprobado en abril próximo.
De visita en esta provincia, donde entre hoy y mañana cumplirá con una agitada agenda de actividades, el funcionario macrista reiteró que el Gobierno propuso un plan «para que al final de este mandato presidencial la inflación se ubique en torno al 5%». Y aclaró: «Si quisiéramos terminar con la inflación en dos meses, la única receta sería la del ajuste, con la pérdida de fuentes de empleo y una menor actividad económica, pero nosotros no vamos a adoptar medidas que afecten a los más humildes».
En diálogo con la prensa, tras una visita a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, donde se reunió con el intendente Germán Alfaro, Prat Gay dijo que «el Banco Central es independiente y tiene las herramientas para asegurarse de que puede ir cumpliendo gradualmente la meta de terminar el año con una inflación de entre un 20 y un 25%».
Luego, recordó que «la inflación no es algo que se produce de un día para el otro». Y, en ese contexto, apuntó que «la gestión anterior tenía como estrategia económica a la inflación, porque era un impuesto que no legislaba nadie pero que a ellos les servía para tener más recursos en manos del Gobierno nacional a costa de expoliar a los que menos tienen». Según Prat Gay, «es gracias a este impuesto inflacionario que en Argentina, a pesar del crecimiento que hubo en la primera parte de la última década, hay 12 millones de argentinos que viven por debajo de la línea de la pobreza».
El ministro de Hacienda y Finanzas sostuvo que el compromiso del Gobierno «es eliminar ese impuesto, pero bajándolo de a poco, porque la alternativa de hacerlo más rápido implicaría ajustes fiscales y sociales, con despidos».
